miércoles, 12 de noviembre de 2008

Me caga...

Me caga que la camisa no se faje bien, que parezca sabana de gigante encima de mi pantalón.

Me cagan los pinches nacos que usan el contraflujo generando más tráfico.

Me cagan aquellos que lo tienen todo y no saben qué hacer (Por eso me odio a mí mismo)

Me caga el efecto ladrillo que pende como espada de Damocles sobre aquellos que apenas alcanzan un coto de poder.

Me caga mi falta de constancia.

Me caga tener que reparar mi auto por una carpeta asfáltica deficiente, por los baches, por los topes, por las coladeras que parecen agujeros en Periferico, por la irregularidad del terreno.

Me caga pagar los platos rotos.

Me caga ser cada día más parte del sistema.

Me caga la tele abierta y sus bailando por mil sueños, sus comediantes de alcornoque, sus noticias maniqueas.

Me caga no dormir por soñar contigo.

Me caga ese olor de refri, que aflora cual esencia de la rutina a las seis y media de la mañana.

Me cagan los gandallas, los atascados.

Me caga la filosofía del “me lo chingué”.

Me caga estar aislado, dejar de ser yo.

Me caga que el disco que acabo de quemar se haya rayado 2 días después en el mejor track.

La lista irá in crescendo.

¿Y a ti? ¿no te caga nada?

1 comentario:

Sister Twisted dijo...

Me caga levantarme a las diez de la mañana.
Me caga que el agua tarde tanto en hervir.
Me caga que mi taza no esté lavada.
Me cagan las secciones de periódico inútiles.
Me caga Elba Esther Gordillo.
Me caga darme cuenta que la navidad está por llegar.
Me caga el sabor a noche en la boca.
Me caga llorar y que se me hinchen los ojos.
(por ahora, a diez minutos de haberme levantado)